jueves, 30 de junio de 2016

Etapa 14. Melide - Santiago de Compostela (24/6)

Etapa 14. Melide - Santiago de Compostela. Distancia 51.81 km. Desnivel: 1.228 m

Último día del Camino. Último día que hacemos las alforjas. Por fin se acaba, o... ¡Que lástima se acaba!. Sentimientos encontrados como cada Camino.

Desayunamos en la Churrería de los dueños de la Berenguela. Un buen chocolate con churros para iniciar el último día. Cargamos las bicis y salimos. Para salir de Melide, como no, hay un rampón de narices para subir al cementerio y después bajamos hacia la iglesia románica de Santa María de Melide.


Pasamos por Carballal y llegamos a Boente.






Tras Boente, pasamos por un bosque precioso, el camino poco a poco se inclina, y acaba en un rampón criminal que nos deja en la carretera, cerca de Castañeda. Descansamos un rato y llegan otros dos grupos de ciclistas que prácticamente llegan igual de exhaustos que nosotros, y además más jóvenes, lo que nos ayuda bastante a recuperarnos.

Llaneamos un rato y tras otra nueva subida llegamos a la bajada que nos lleva a Ribadiso. Desde aquí otro nuevo repechón nos acerca a Arzúa, entramos por la carretera y cruzamos todo el pueblo hasta la plaza.

Como no puede ser de otra forma, otro descenso y un par de subidas y llegamos a Preguntoño.




En Preguntoño aprovechamos para recuperar fuerzas



El paisaje continua igual: bosque y tramos rompe piernas, pero no tan duros como antes de Arzúa. Encontramos muchos peregrinos y bicigrinos, de estos últimos muchos más que otros años. Pasamos por varias aldeas hasta llegar a Salceda. Seguimos un rato la N-547, y después, nos dirigimos hacia  A Brea y posteriormente subimos el alto de Santa Irene.





Iniciamos un tramo en descenso que nos lleva hasta Pedrouzo, y posteriormente a Amenal, donde paramos a comer en el Hotel Amenal. Buen sitio para comer. Estamos a unos 10 km de Santiago, pero no va a ser fácil, nos quedan las temidas subidas de Lavacolla. Hacia allí nos dirigimos.


Es un terreno duro con varias subidas, pero sobre todo hay tres que terminan de rematarte, estás esperando llegar al Monte de Gozo y van apareciendo las subidas, hasta que por fin llegamos a la zona de las televisiones y finalmente al Monte do Gozo.




Prácticamente hemos finalizado el Camino, nos saludamos y nos abrazamos, por fin hemos casi llegado, empiezan los momentos emocionantes del día.

Tras las fotos nos dirigimos al Monumento a los peregrinos, que está un poco más abajo y a la izquierda.







Desde aquí si que realmente se ve Santiago. Empieza a levantarse aire y decidimos bajar a Santiago, ya que nos estamos quedando helados. Volvemos hacia el Monte do Gozo y bajamos a la rotonda de entrada en Santiago




Ya solo nos queda llegar a O Obradoiro. Callejeamos con tranquilidad hasta la plaza y por fin llegamos al final de nuestro Camino. Ahora si que volvemos a abrazarnos y a felicitarnos, hay que reconocer que un  poco emocionados, cada uno a su manera. Ha sido un duro recorrido pero hemos podido finalizarlo sin contratiempos importantes. Supongo que como yo, todos nos acordamos de nuestras familias, y como no, de todos nuestros amigos y compañeros que nos habéis seguido por el Blog, por Facebook y WhatsApp. Han sido muchos los mensajes que hemos recibido y que nos han animado a seguir adelante, por eso una parte de este Camino también es vuestro





Tras estar un rato sentados en la plaza, nos dirigimos a la Oficina del Peregrino, la han cambiado de ubicación y ahora esta detrás del Hostal de los Reyes Católicos. Nos dan la Compostela sin ningún problema, ya no es indispensable decir que lo has hecho por motivos religiosos.

Después, nos vamos al Hotel, nos duchamos y tras un pequeño descanso salimos a cenar de tapas por Santiago. Estamos bastante cansados y no aguantamos mucho rato, ni siquiera hacemos los gintonics prometidos, con unos chupitos nos vamos al Hotel La Salle, nuestro sitio habitual para hospedarnos en Santiago.



El sábado lo dedicaremos a descansar y pasear por Santiago, con visita a la Catedral y la obligada compra de recuerdos, y el domingo para Barcelona



Ha sido mi  tercer Camino, el segundo de Jordi y el primero de Quim. Este año las etapas han sido más cortas, unos 30 km menos cada día, y se ha notado, se me ha hecho mucho menos duro. Ha sido un placer hacerlo con Quim y Jordi, nos hemos reído, y nos hemos apoyado cuando ha hecho falta.

Para Quim ha sido su primer Camino y más duro de lo que pensaba, como nos ocurre a todos cuando lo realizamos la primera vez, pero ya está deseando hacer el siguiente, eso si promete que lo hará con bici eléctrica. Además el siguiente será con coche de apoyo, a eso se ha comprometido Juan Carlos nuestro acompañante a SJPDP

A todos un abrazo y gracias por seguirnos, y especialmente a quienes le dan sentido a mi otro Camino

Mayte, Blanca y Álvaro

Buen Camino y hasta el siguiente

sábado, 25 de junio de 2016

Etapa 13. Samos - Melide (23-6)

Etapa 13. Samos - Melide. Distancia 76 km. Desnivel: 1.328 m.

Tras un buen desayuno en el Hostal A Veiga, iniciamos, bajo la niebla, nuestro penúltimo día del Camino, con la duda de si nos mojaremos o no. Quim decide ir por carretera, y Jordi y yo por el camino.

El Camino con la niebla y la luz de la  mañana tiene un aspecto especial.





En Sarria nuevamente coincidimos los tres. Cruzamos el pueblo ascendiendo por la dura rampa de su calle Mayor. Descendemos después al puente de Áspera.



Nos dirigimos a Barbadelo, pasando por dos tramos de duro ascenso que obliga a hacerlo a tramos o empujando la bici. 












Tras Barbadelo pasamos por Peruscallo y A Brea, donde antes estaba el mojón de 100 km a Santiago,  pero ahora, con los nuevos que han puesto en cada cruce, éste no lo hemos encontrado.












Llegamos a Ferreiros y paramos en el albergue a reponer fuerzas. Mientras comemos, charlamos con un peregrino que nos comenta que el también lo ha hecho en bici y que le parece más duro que andando, si se hace íntegramente por camino. Bueno pues nos da una alegría. Echamos unas risas con él, acabamos nuestra empanada y reanudamos la marcha. 

Pasamos por A Pena, As Rozas, Montras, Parocha y Vilacha, continuamos el sube y baja. Aquí en un cruce de carreteras las indicaciones marcan hacia la izquierda y el track hacia la derecha. Inicialmente hacemos caso a las indicaciones, pero vuelvo a explorar el track y veo que sigue una pista asfaltada en descenso. Decido seguirlo, y Jordi y Quim deciden seguir las indicaciones. Llego en un momento a Portomarín. Al ver que ellos no llegan, los llamo por teléfono y ninguno contesta. No entiendo nada. Al final llegan y me cuentan su aventura: Siguieron las indicaciones por un sendero que al final fue inciclable, tuvieron que bajar las bicis entre los dos, e incluso, ayudar a los que iban andando. No puedo dejar de reírme, después de escuchar todo el Camino que los llevo por los peores sitios, cuando deciden no seguirme esto es lo que les pasa.










Es casi la hora de comer,  pero preferimos hacerlo después de Portomarín para no hacer la dura subida a Gonzán con la barriga llena. Quim y Jordi hacen la subida por carretera y yo por los caminos, en ambos casos, las rampas son considerables. Por fin llegamos a Gonzán y comemos muy bien, al lado del albergue, en el Bar Descanso del Peregrino.


Salimos hacia Ventas de Narón, el recorrido alterna carreteras locales con caminos, y como no, subidas con bajadas. Quim ha decidido hacer este tramo por carretera, lo que le supondrá hacer unos cuantos km. de más. Pasamos por Hospital da Cruz y llegamos a Ventas de Narón.



Todavía seguiremos subiendo algo más para después bajar a Ligonde. A partir de aquí, el recorrido se hace más suave y llegamos a Palas de  Rey.



Mientras esperamos a Quim, aprovechamos para alquilar el coche de vuelta a Barcelona y reservar una habitación en Melide. Tras la recuperación de Quim y el trabajo de logística, reiniciamos la marcha hacia Melide. Quim opta nuevamente por la carretera y nosotros por los caminos.

Nos pegamos una buena subida en San Xulián do Camiño, y luego, pasamos por Casanovas. A buen ritmo nos acercamos a  Leboreiro, y su  famoso  canasto.



Seguimos un recorrido ya más en descenso y llegamos a Furelos, con su puente y antesala de Melide


Entramos en Melide por un tramo en subida y enlosado,  nada agradable para los ciclistas, y llegamos a la pensión A Berenguela, en el centro de Melide.

Muy buenas instalaciones aunque su localización y aspecto externo nos hagan dudar,  y la dueña todo amabilidad. Vale la pena. Las bicis las guardamos en el garaje.

Tras adecentamos, como no, a la pulpería Ezequiel. Excelente pulpo y Alvariño. De vuelta pasamos por alguna de las verbenas que se celebraban, solo de paseo, sin detenernos. El cansancio y el Alvariño nos aconsejaban ir a dormir,  eso hicimos y yo no pude ni acabar la crónica